Ilusión, cariño y constancia

Bienvenidos a Mi Huertica Murciana, un blog que nace para compartir con todos vosotros los avatares diarios de un huerto cualquiera en la Región de Murcia.
Todo lo que aquí se encuentra es fruto del trabajo de una joven familia y de un joven huerto.
Esperamos que nos veais crecer juntos y que podamos compartir experiencias, consejos y hazañas.
Gracias por visitarnos!!!

lunes, 10 de septiembre de 2012

Luna menguante, luna creciente...

La creencia, todavía muy arraigada en el medio rural, de que las fases lunares influyen directamente en el comportamiento biológico de las plantas y de los animales, y de que también influyen en la mayor parte de prácticas agricolas, determinando sus resultados, se pierde en la noche de los tiempos.
Para embotellar vino, por ejemplo, había que esperar a la luna nueva, y los campos tenían que abonarse en la fase creiente.
Algunas hortalizas también se tienen que sembrar en esta fase; otras, sin embargo, con luna menguante (si no se quiere que produzcan semillas antes de tiempo).
La experimentación científica, después de haber demostrado hace tiempo que la relación entre la vida vegetal y las fases lunares es pura coincidencia, en la actualidad se ha vuelto a interesar por el tema, y se han reanudado los estudiso sobre estos presuntos fenómenos con la ayuda de medios de investigación modernos y precisos.

La luna ejerce influencia sobre las mareas y esta proporciona que la savia de las plantas ascienda. Parece ser que el plenilunio y su luz provoca el crecimiento en altura de las plantas. La luz de la luna interviene en la fotosíntesis y en la germinación, ya que los rayos lunares tienen capacidad para penetrar en el suelo.

Luna llena: Es cuando mas savia tienen los tejidos de los productos agrícolas, es recomendable para la recolección de frutos y la preparación de la tierra.

Luna menguante, adopta la forma de la letra "C": la savia se concentra en las partes subterráneas, es recomendable para injertos, podas, las ramas sarmientos y cañas son mas resistentes cortadas en esta fase. La siembra de productos de los que se consume la parte subterránea, patatas, zanahorias etc. La siembra de hortalizas de las que se consume la parte aérea pero que se quiere evitar su espigado o granado.

Luna creciente, adopta forma de "D" : la savia sube a la parte aérea, se recomienda para plantar y podar en los casos que se quiera favorecer el rendimiento productivo de los arboles. La siembra de productos de desarrollo aéreo excepto aquellas que se puedan espigar o granar a causa del calor.



Agenda del huerto y calendario de siembra

Una de las primeras cosas que necesitaremos para comenzar nuestro huerto, es saber qué podemos plantar según la fecha, para ello utilizaremos un calendario de siembra y recolección. Hay que tener en cuenta que los datos son orientativos y que dependerán de la zona en la que vivas, pero te será de gran utilidad para hacerte una idea general. Nosotros viviendo en Murcia utilizamos éste, con algunas consideraciones, como por ejemplo que las patatas aquí salen dos veces al año (la primera cosecha se planta en febrero y se recoge en mayo, la segunda cosecha se planta en agosto y se recoge por navidades). Lo tenemos en grande en la cocina, cerca del huerto y es muy útil. Entre el calendario y la agenda tenemos todo controlado, cuando regamos, cuando plantamos, cuando dan el agua, las bajas etc.
Un consejo es que apunteis vuestro trabajo en el huerto a medida que lo vayais haciendo, por ejemplo la cantidad de plantones que poneis, o si algún día ha hecho mucho calor, o mucho frío o qué tipo de luna había cuando plantasteis (algunas agendas ya lo llevan), sólo os llevará unos pocos minutos y os puede servir hasta años.

Cultivo natural

En primer lugar, hay que aclarar brevemente el significado y los objetivos del cultivo natural, también llamado biológico o biodinámico, que va ganando cada vez más adeptos no sólo en lo que a las explotaciones familiares se refiere, sino también en los grandes cultivos industrializados.
Esta técnica se sustenta en los siguientes puntos:
- no utilización de productos químicos como abonos, productos empleados contra los parásitos y las malas hierbas.
- equilibrio o creación del ecosistema en el espacio cultivado, es decir, se crea un medio donde conviven numerosas especies vegetales y animales, que instauran entre sí relacions de control recíproco o de intercambio.
- conservación de la fertilidad orgánica de la tierra, imitando con las técnicas apropiadas todo lo que ocurre en la naturaleza.
- abandono de la explotación intensiva de la tierra con el monocultivo, y recuperación de técnicas antiguas, como la compatibilidad de cultivos y la rotación.
A partir de lo expuesto, se pueden realizar unas primeras consideraciones sobre los límites y las perspectivas del cultivo natural:
- implicación personal: el cultivo mixto de horalizas y frutales con diferentes exigencias y, sobre todo, con temporadas distintas impide la unificación de los trabajos y la mecanización.
- la renuncia a los fitosanitarios químicos y a medidas sanitarias eficaces y útiles para las distintas patologías conlleva que haya que controlar prácticamente a diario los cultivos.
- los productos, desde el punto de vista nutricional e higiénico, son de una calidad indudablemente superior pero, si nos atendemos a la estética, no son comparables a los obtenidos mediante el cultivo convencional, que se apoya mucho en el aspecto de las hortalizas y de las frutas, que el consumidor exige cada vez más perfectas, de mayores dimensiones, con más color.
- el rendimiento, en general, es inferior respecto al obtenido con dosis masivas de abono químico, y está claro que, para las grandes empresas, todos los motivos expuestos, además del elevado coste de la mano de obra constituyen un freno para aplicar esta técnica naturak, aunqu los denominados productos biológicos se suelen vender luego a precios superiores a la media.
- en la explotación familiar, debido a la extensión relativamente modesta de superficie cultivada y a la disponibilidad de mano de obra, la técnica natural ofrece perspectivas interesantes.
- por último, en particular, que no se cultiva para obtener beneficios, sino para cubrir las necesidades familiares, así no tendrá ningún inconveniente en invertir su tiempo libre en esta actividad, volviendo a los métodos naturales, indispensables para poder recolectar frutas y verduras genuinas y "garantizadas", que no requieran un lavado laborioso o que deban ser peladas, con la consiguiente pérdida de contenido vitamínico y mineral.
Una última y, desgraciadamente, necesaria consideración respecto a los límites del cultivo natural: la salubridad del huerto y de los productos de cultivo natural (y, por consiguiente, su garantía) son a veces motivo de discusión debido a un factor ajeno a las técnicas de cultivo: la  contaminación, especialmente en lugares próximos a vías de mucho tráfico.

domingo, 2 de septiembre de 2012

El regadío de la huerta de Murcia

Mapa acequias y brazales

     La historia de Murcia y de su huerta se encuentra estrechamente vinculada al agua, como consecuencia de las limitaciones impuestas por un clima semiárido que convierte a este recurso natural en un bien escaso.
     Dada la importancia histórica de la obtención, conservación, repartición y utilización del agua, la huerta de Murcia presenta un elaborado sistema de regadíos cuyos orígenes se remontan al período árabe, cuando estos pobladores perfeccionaron el esquema de riegos establecido por los romanos y lo convirtieron en un excepcional complejo hídrico que permitía regar todos los rincones de la huerta.
     La infraestructura musulmana se apoyaba en un pilar clave: el azud o Contraparada desde donde partían dos acequias mayores llamadas Alquibla y Aljufía, seguidas de canalizaciones menores que llevaban las aguas a todos los enclaves huertanos.
     Las comunidades de propietarios árabes de las tierras por donde discurrían estas acequias eran los encargados de su fabricación y mantenimiento, constituyendo aquellas también el germen de los "heredamientos". El río Segura divide la huerta de Murcia en dos heredamientos generales que a su vez se subdividen en particulares. El nombre de estos más pequeños viene dado por las acequias con las que son regados:
Heredamiento Norte
  • Acequia mayor del norte: Aljufia-Canalao-Benitucer-Benífar-Benizá
  • Azarbe mayor del norte
Heredamiento Mediodía
  • Acequia mayor del mediodía: Alquibla-Alfause-Benicotó-Benicomay.
  • Azarbe mayor del mediodía: Beniel-Hurchillo o Benibrahim.
     Los criterios planteados para el buen funcionamiento de la comunidad de regantes de la huerta de Murcia gozaban de un espíritu igualitarista. Sin embargo, no todos los regantes aceptaban de forma voluntaria sus criterios, por lo que siempre surgieron problemas y diferencias entre ellos.
     Estos problemas impusieron la necesidad de nombrar un juez que solucionase los litigios entre regantes y se encargase de resolver todos los conflictos relativos al heredamiento. Este juez recibió diversas denominaciones: "acequiero", "guarda de la huerta", "síndico" y "fiel".
La figura del "acequiero"
     Los acequieros eran los encargados de dirigir el riego de su acequia, teniendo autoridad para ello sobre los regantes. Tenían competencias para denunciar y multar las infracciones exclusivamente relacionadas con el riego de su acequia además de cobrar una cantidad de dinero anual a cada regante como derecho de acequiaje, al margen de las cuotas, deliberaciones e intereses de la comunidad de regantes respectiva.
     Estos acequieros fueron creando un auténtico conjunto de normas, reglas y obligaciones consuetudinarias legitimadas por la prosecución de un regadío justo, equitativo y adecuado entre los regantes, algo dificultoso considerando que existían diversas alquerías y comunidades que regaban de una misma acequia. La difusión en la huerta de Murcia de gran número de acequias, cada una con su acequiero, implicaba la necesidad de que se celebrasen encuentros periódicos, siempre en un lugar público y notorio para que se presentasen los denunciados por infracciones en el riego, configurándose paulatinamente un tribunal colectivo de representantes de las diversas acequias de la ciudad de Murcia.
Los primeros "omes bonos"
     Cuando las tropas de la reconquista abanderadas por Alfonso X y Jaime I llegaron a la fértil huerta de Murcia, se encontraron con que uno de los primeros problemas a que debían hacer frente era la gestión y administración de la huerta y de las acequias. Alfonso X apostó por la continuidad con el pasado y dispuso en 1262 que dos acequieros administrasen los campos y su riego, uno respectivamente para cada sector de la población: mudéjar y cristiana.
     Con Alfonso X se otorga a Murcia el "Fuero Juzgo" y el "Código de las Siete Partidas" y se le conceden una serie de Privilegios, que generalmente tendían a regular situaciones concretas que afectaban por lo común a regadíos propiamente dichos.
     Aunque la autoridad del acequiero era reconocida por los Concejos, la abundancia de denuncias y reclamaciones era tal y de tan variada procedencia que habitualmente se proponía la intervención de "omes bonos", que pudiesen dar su consejo a los regidores sobre los asuntos.
     El Privilegio otorgado por el rey Sabio al Concejo de Murcia en Jaén el 18 de mayo de 1267 autoriza a los jurados de la ciudad a que "escojan cada anno dos omes bonos de cada collación que fagan alimpiar los açarbes mayores de la huerta porque non se faga almarjal, e los juezes e la justicia tomen las juras dellos en consejo que lo fagan bien e lealmente".
     Este Privilegio es un ejemplo de que los denominados "hombres buenos" ya colaboraban con jurados, jueces y justicia, en materia de regadíos, limpieza de azarbes, etc...
Ordenanzas de la huerta de Murcia
     Para la "...justa distribución del agua y la resolución de los litigios entre agricultores", se promulgaron en 1849 las "Ordenanzas para el Régimen y el buen Gobierno de la huerta de Murcia", reimpresas en 1889 bajo el título de Ordenanzas y Costumbres de la huerta de Murcia.
     Estas Ordenanzas sirvieron para poner en orden el marasmo legislativo existente sobre la huerta y otorgar carácter legal al tradicional Consejo de Hombres Buenos, suponiendo además la base del Corpus jurídico del que goza actualmente.
     Las Ordenanzas y Costumbres de la huerta de Murcia establecían una Junta de Hacendados o Comunidad de Regantes con carácter de corporación de Derecho Público, con personalidad jurídica y administrativa propia.

Fuente: www.reg.murcia.com

El agua, lo primero



Llevar una huerta adelante no es tarea fácil. A la dedicación diaria, al tiempo, la búsqueda de semillas, los plantones, la preparación de la tierra, quitar las malas hierbas…se suma la mayor dificultad de todas en Murcia: el agua. La falta de agua en la huerta de Murcia es tema de debate y discusión, desde el huertano de toda la vida hasta el político de turno, lo cierto es que el agua escasea y hay que buscar las mañas para asegurar que tu huerto pueda disponer de ella cuando lo necesite.
Si por tu casa pasa un brazal o una acequia estás de suerte, ¿sabes cómo funciona?
Te lo explicamos.
El agua se da desde la acequia principal que te corresponda, algo útil y la par divertido si por tu casa pasa un brazal, es tratar de descubrir de qué acequia te llega el agua, te sorprendería la cantidad de huertos que se riegan de una sola vez.
Si no consigues descubrirlo o simplemente no tienes mucho tiempo libre, siempre tienes una muy buena opción: preguntar a algún huertano de la zona. Conviene llevarse bien con los vecinos huertanos, ellos te pueden aportar además de su incalculable experiencia los conocimientos necesarios: quién planta, quién te puede proporcionar abono, dónde puedes comprar semillas o patatas para la siembra etc. No te desanimes si al principio se muestran algo reticentes, recuerda que llevan toda la vida allí, sus padres, sus abuelos (incluso los carriles de huerta llevan el nombre de la familia) y es normal que haya personas que te vean como a un extraño. (ver apartado los vecinos)
Volviendo al tema del agua, las acequias son parecidas a una comunidad de vecinos, cada acequia tiene su presidente, él debería decirte cuando te corresponde regar etc. Si ningún vecino sabe decirte quien es esa persona encargada llama a la Junta de Hacendados. (968216024 Callejón de la Herradura 7 en el Barrio de Santa Eulalia) ellos te darán el teléfono para que te pongas en contacto con él.
El agua la dan cada X tiempo, suele ser cada 15 días o cada mes, según les pille. No hay día fijo, cuando veas agua levanta la compuerta sin más. Si tu brazal está lejos de la acequia principal puede ser que tarde varias horas en llegar o que incluso cuando llegue el agua se haya quedado por ahí y te llegue un hilillo, es más normal de lo que parece y también tiene solución. La clave está en tener paciencia y sobre todo ingenio. Nosotros compramos una bomba de agua y una manguera de 50 metros y sacamos agua de una acequia cercana(por supuesto con consentimiento de los vecinos), así aunque no den el agua o las veces que no lleve mucha fuerza, nos aseguramos que siempre que necesitemos regar tengamos agua disponible. Es un poco tropeloso, pero lo dicho: paciencia e ingenio y ya verás como la tierra te lo agradece.
No está de más recordar que el agua es gratis, no se paga por el agua, se paga por las “mondas” que es la limpieza de la acequia y los brazales de maleza, suciedad etc Verás que (muy)de vez en cuando llega una furgoneta blanca con unos hombres también de blanco, no ha habido un escape nuclear, no. Son los encargados de la monda. Al margen de que ellos vengan o no, es muy bueno para tu huerto que tú te encargues de mantener limpia tu parte de brazal o de acequia para que cuando den el agua no se te llene todo de suciedad. No es tanto trabajo y repito: todo el trabajo que hagas, el huerto te lo agradecerá.
Esta es la manera de regar de toda la vida vamos, acequias, compuertas, inundación. Como todo método tiene sus ventajas y desventajas a la par de defensores y detractores. Siempre hay que pensar en la economía del agua: es preferible, debido a la ya sabida escasez en Murcia, tener un depósito de aproximadamente 1.000 litros e instalar goteros o cinta exudante, esto nos permitirá un consumo responsable del agua, así como limitar el crecimiento de malas hierbas en nuestro huerto.
Aunque optes por poner un sistema de regadío por goteo, es necesario que tengas localizados los sitios de donde puedes conseguir agua.
¿Ya has pensado cómo vas a regar?